miércoles, 1 de junio de 2011


El rostro científico de Amiens

EL COLOMBIANO HABLÓ con la cirujana maxilofacial detrás del primer trasplante de cara de la historia. Ella y el equipo médico del Hospital Universitario de Amiens, ubicado al norte de Francia, sorprendieron al mundo con la noticia a principios de 2006.
Juan David Montoya | Cartagena | Publicado el 22 de mayo de 2011
En marzo de 2006, la doctora Sylvie Testelin reveló la meta total, que de cumplirse, le haría sentirse plenamente gustosa de haber inscrito su nombre en las páginas de la historia de la medicina: "Cuando Isabelle pueda dar un beso, nuestro éxito será completo", le dijo al diario El Clarín.

Cuando Testelin respondió la entrevista al periódico argentino apenas habían pasado cinco meses desde el trasplante de cara que ella y un nutrido equipo de especialistas llevaron a cabo de manera exitosa en Amiens, una pequeña ciudad del norte de Francia.

Cinco años después, la doctora Testelin habla con entusiasmo acerca del resultado final de la intervención. No hubo nota aclaratoria en los anales de la historia.

"Isabelle está perfecta. Tú ni siquiera la reconocerías", dice esta experta en cirugía maxilofacial, invitada internacional del Congreso de Otorrinolaringología, organizado por la asociación colombiana de la especialidad, que tuvo lugar esta semana en la ciudad de Cartagena.

Para esta especialista, Phd. de la Universidad Picardie Jules Verne, la clave en la recuperación de Isabelle Dinoire -quien perdió su rostro por cuenta de su propio perro-, estuvo en el acompañamiento que tuvo antes y después de la intervención, en especial un apoyo que la mantuvo alejada de los medios que proyectaron su rostro en cada pantalla del planeta.

"Es mi cara", le dijo Dinoire a Testelin con motivo de los cuestionamientos desatados a partir del trasplante.

Algunas voces críticas llegaron a afirmar que el nuevo rostro de Dinoire, madre de dos hijos, no le pertenecía y por ende la paciente desarrollaría problemas de identidad. "¡La persona que me pueda quitar mi cara no ha nacido todavía", remató, enfática, Dinoire.

"Es su rostro. Ella jamás se preocupó por esto. Psicológicamente, depende de tu paciencia y el contexto del paciente", explica.

Con un rostro nuevo, después de rechazar las ofertas mediáticas que le llovieron desde los más apartados rincones del mundo, recuperada su movilidad facial, Isabelle mantiene un bajo perfil.

El rostro más popular del momento, dice Testelin, puede pasar ahora casi inadvertido. "Ella puede mirar a la gente porque su cara es normal. Fue difícil al principio cuando no tenía motricidad o fluidos faciales, o cuando había riesgo de un rechazo. Ella ahora va al centro comercial o a una fiesta. Tiene una vida normal".

Después de Dinoire, los especialistas del Complejo Hospitalario Universitario de Amiens sacaron adelante otro trasplante de cara. En el mundo van 17 , entre los cuales se han presentado tres rechazos.

Tratar de evitarlos: en eso trabaja ahora la doctora Testelin: "Estamos evolucionando cada día con el trabajo de otros científicos y el propio. Estamos avanzando históricamente, psicológicamente, éticamente, en cirugía, en sensibilidad. Hay muchos, demasiados campos nuevos de investigación abiertos en el campo de los trasplantes de rostro".

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